Eine Ecuadorianerin in Dortmund
Por: | Von: Juan Carlos Upegui Molano
Mi Guía Hispania
Musik faszinierte sie schon als Kind in Ecuador. Heute ist sie Sängerin und Musikpädagogin. Sie lebt in Deutschland, singt mit krebskranken Kindern am Essener Krankenhaus zusammen und hat ein integratives Fußballteam gegründet. Außerdem hat sie eine Musikband: Karolina y Los Sentimentales. Doch über all dem vertritt sie die Ansicht, dass Musik eine natürliche Art sei, Menschen zu begegnen – ein Fenster zur Welt, das uns helfe, diese mit anderen Augen zu sehen.
Karolina Endara war schon immer fest davon überzeugt, dass Musik ein Lernwerkzeug darstellt, insbesondere für Kinder, mit denen sie am meisten arbeitet. 2013 kam sie nach Deutschland, um eine Doktorarbeit in Musikpädagogik und Rehabilitation zu schreiben – ein Großprojekt, das nun kurz vor dem Abschluss steht.
Karolina, warum haben Sie Deutschland ausgewählt?
Ich arbeitete schon als Dozentin an der Katholischen Universität von Quito, wo ich angehende Lehrer ausbildete. Ich hatte Erfahrungen als Psychologin in mehreren internationalen Schulen gesammelt, ich hatte ebenfalls Workshops durchgeführt, um die Eingliederung von Kindern mit besonderen Bildungsbedürfnissen zu fördern. Nach Deutschland kam ich eigentlich wegen eines ganz besonderen Projekts der Technischen Universität Dortmund, des sogenannten „Dortmunder Modells“. Dieses Projekt beruht auf der Professionalisierung von Menschen mit Behinderung, die musikalische Fähigkeiten besitzen, um ihnen – in Zusammenarbeit mit den Musikschulen von Dortmund und Bochum – einen Raum dafür bereitzustellen.
Welche Momente haben Ihren Aufenthalt in Deutschland besonders geprägt?
Ich werde zwei Momente nie vergessen: Erstens war es meine allererste Probe mit einer inklusiven Bigband. Ich hatte dabei mit den Tränen zu kämpfen, denn ich hatte schon immer davon geträumt. Der zweite wichtige Moment war der Besuch eines Waldkindergartens – ein „Kindergarten im Freien“. Da ich es satt habe, Teil des traditionellen Erziehungssystems zu sein, habe ich an diesem Thema intensiv geforscht.
Ecuador und Deutschland: Zwei ganz verschiedene Welten?
Die Geschichte beider Länder hat hierzu viel Gewicht. Viele der in Deutschland ergriffenen Maßnahmen beziehen sich – genauso wie in Ecuador – auf die Geschichte des Landes. Die Priorität, die etwa der Bildung eingeräumt wird, oder die Art, wie die Länder jeweils ihr Schulsystem konzipieren, ist in beiden Ländern höchst unterschiedlich. Meiner Meinung nach gibt es nicht nur einen einzigen Erziehungsstil. Darum sollten Alternativen geschaffen werden. Andererseits beobachte ich in beiden Ländern Ähnlichkeiten beim Thema „Interkulturalität“: Ecuador ist ein kleines Land, in dem indigene Völker, Mestizen und Afroecuadorianer zusammenleben. Allerdings hat es unser Land noch nicht geschafft, allen Bürgern gleichberechtigte Chancen zu eröffnen. Hierbei sind Ähnlichkeiten in Deutschland zu beobachten, die mit der Einwanderung und dem Zustrom von Flüchtlingen zusammenhängen, insbesondere in Nordrhein-Westfalen, der Region, wo ich wohne.
Was ist für Sie Heimat?
Ich fühle mich sehr ecuadorianisch und lateinamerikanisch. Doch ich lerne gerade auch, dass wir alle Weltbürger sind, dass Heimat auch der Ort sein kann, wo unser Herz ist, wo man das tun kann, was man liebt.
Was gefällt Ihnen an Deutschland am meisten?
Die Sicherheit im Allgemeinen.
Und was mögen Sie nicht so gern?
Den Individualismus und die Dunkelheit im Winter.
Una ecuatoriana en Dortmund
La música la fascinó desde niña en Ecuador. Hoy en día es cantante y pedagoga musical. Vive en Alemania, canta junto a niños con cáncer en el hospital de Essen y ha creado un equipo de fútbol integrativo. Además, tiene una banda musical llamada Karolina y Los Sentimentales. Pero, ante todo, considera que “la música es una forma natural de relacionarnos y una ventana que nos ayuda a ver el mundo de diferente manera”.
Karolina Endara siempre estuvo convencida de que la música es un vehículo de aprendizaje, sobre todo para los niños (público con el que más trabaja). Llegó a Alemania en 2013 para realizar aquí su doctorado en pedagogía musical y rehabilitación: un gran proyecto que está a punto de terminar.
Karolina, ¿por qué escogió Alemania?
Yo trabajaba como docente en la Universidad Católica de Quito formando a futuros profesores. Había trabajado ya en colegios internacionales como psicóloga y había dado talleres para favorecer la inclusión de niños con necesidades educativas especiales. Me vine a Alemania por un proyecto muy particular de la Universidad Técnica de Dortmund llamado “El modelo de Dortmund”, que consiste en profesionalizar a personas con discapacidades que tienen habilidades musicales y ofrecerles espacios para ejercer la música.
Todo esto en cooperación con las Escuelas de Música de Dortmund y Bochum.
¿Qué momentos han marcado especialmente su estancia en Alemania?
Nunca me voy a olvidar de dos momentos: mi primer ensayo con un grupo de música inclusivo en el que no podía contener las lágrimas, porque yo había soñado siempre con esa posibilidad. El otro momento crucial para mí fue la visita de un centro de educación infantil al aire libre, un
Waldkindergarten (“jardín infantil en el bosque”). He investigado muchísimo sobre este tema, porque me cansé de ser parte del sistema educativo tradicional.
Ecuador y Alemania, ¿dos mundos completamente distintos?
La historia de ambos países pesa mucho. Muchas de las políticas que se han adoptado en Alemania hacen referencia a la historia. Lo mismo ocurre en Ecuador. El tema de la prioridad que se le da a la educación o de cómo se concibe el sistema educativo en ambos países también es muy distinto. No pienso que haya solo una forma de educar, hay que generar alternativas. Sin embargo, lo que sí veo en los dos países son similitudes en el componente intercultural: Ecuador es un país pequeño, en el que convivimos indígenas, mestizos, afroecuatorianos…, y en el que aún no se ha logrado generar oportunidades en igualdad de condiciones. En Alemania, sobre todo en la región donde vivo, Renania del Norte-Westfalia, hay similitudes que tienen que ver con la inmigración y con el flujo de refugiados.
¿Cuál es su patria?
Me siento muy ecuatoriana y latinoamericana. Pero también voy aprendiendo que somos ciudadanos del mundo, que uno puede hacer patria donde uno tiene el corazón, donde uno ama hacer lo que hace.
¿Qué es lo que más le gusta de Alemania?
La seguridad en general.
¿Y lo que menos le gusta?
El individualismo y la oscuridad del invierno.